Por primera vez en la historia del sur de Chile se han podido determinar “áreas de riesgo” para el desarrollo de Floraciones Algales Nocivas (FAN), incluyendo zonas en océano abierto. Esto ha sido posible debido al trabajo colaborativo entre los técnicos del Laboratorio de Toxinas Marinas del Servicio de Salud del Reloncaví y la empresa local Mariscope, a través de unacuerdo de confianza, y sin fondos económicos.
Los monitoreos de la dinámica oceanográfica y concentración de microalgas en el océano desde el espacio, han sido encabezados por Cristina Rodríguez Benito, Doctora en Ciencias de la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad de La Laguna de España. La profesional es Investigadora Principal del Departamento de Oceanografía de la empresa Mariscope en Puerto Montt, y en conversación con el Proyecto Asociativo Regional Explora de Conicyt Los Lagos, abordó el monitoreo relativo al fenómeno de marea roja que Mariscope ha encabezado en la Región de Los Lagos.
¿En qué consiste el trabajo que están llevando a cabo?
“Utilizamos datos de 4 satélites distintos pertenecientes a la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) y a la Agencia Espacial Europea (ESA) con los que fue posible observar el “Bloom algal” con 10m de resolución espacial. Estamos trabajando en esta línea en Chile desde el año 2002”,comenta la investigadora. “Las imágenes son recibidas diariamente, siempre que exista ausencia de nubes, dado que se trata de datos ópticos. Con esta información es posible elaborar mapas satelitales de la concentración de fitoplancton y de la actividad metabólica algal. Gracias a esta información se pueden establecer los núcleos de máxima reproducción de microalgas, los cuales tienen una señal espectral diferente a la clorofila total y están directamente relacionados con el riesgo de permanencia de estos eventos. Estos núcleos pueden detectarse desde el espacio usando información radiométrica específica mediante la aplicación de algoritmos apropiados. También hemos trabajado con datos de radar que nos han proporcionado, aun con presencia de nubosidad, resultados interesantes de patrones oceanográficos regionales”.
¿Cuáles son los beneficios de este monitoreo satelital?
“Los mapas elaborados permiten establecer alertas tempranas en distintas zonas, y anticiparse a eventos de toxicidad corroborados en terreno, por ejemplo, en las costas de Ancud, Cucao, Carelmapu y Calbuco, entre otras, ubicadas en áreas interiores de la Región de Los Lagos. Las primeras imágenes fueron entregadas al Servicio de Salud en febrero de este año y posteriormente se han elaborado nuevos mapas informativos, así como las consideraciones respectivas sobre la evolución del fenómeno y las áreas de riesgo. Esta “alerta temprana” ha permitido que las instituciones de Salud pudieran activar su estado de emergencia, evitando el consumo masivo de productos marinos portadores de una elevadísima concentración de toxinas”.
Respecto a la actual situación que enfrenta la Región de Los Lagos (marea roja) ¿Es posible prevenir este fenómeno o enfrentarlo de mejor manera con tecnología satelital?
“Efectivamente, de hecho, consideramos que la alerta temprana -que se estableció por el Servicio de Salud- permitió difundir la información a la población a tiempo, antes de que falleciera ninguna persona por las toxinas presentes en los recursos del mar. Para el establecimiento de las barreras sanitarias se utilizó toda la información procedente de los muestreos de mariscos de la Red Salud y se tuvieron en cuenta las imágenes de satélite proporcionadas y analizadas en conjunto con el técnico de contacto de la institución”.
¿Qué opinión tiene respecto a las estaciones de muestreo con las que cuenta Chile versus la tecnología satelital?
“Hay que tener en cuenta que los muestreos en el mar (efectuados por Salud o por IFOP) tienen un limitado presupuesto, y por ende, existe un número de estaciones de muestreo concreto en lugares estratégicos. Si se hubiera muestreado en más lugares, lo más probable es que los resultados también hubiesen sido positivos, como queda de manifiesto en la comparación con las imágenes satelitales. La tecnología satelital es la única técnica que puede cuantificar actualmente dimensiones “espacio-temporales” del Bloom. En cambio, los muestreos en el mar (que son esenciales para confirmar la presencia de toxinas) se pueden hacer en base al presupuesto de salidas a terreno a lugares concretos y no de forma permanente. La combinación de estas dos tecnologías dentro de un programa intersectorial, más amplio de monitoreo -con equipos automáticos y boyas oceanográficas- permitiría trabajar con normas internacionales y mejorar la toma de decisiones del Gobierno”.
¿A qué conclusiones llegaron tras el monitoreo satelital?
“El trabajo realizado en el laboratorio científico de Oceanografía Aplicada de Mariscope nos permitió llevar a cabo un seguimiento exhaustivo de los eventos ocurridos en el mar. En enero de 2016 se pudo detectar el inicio de una floración algal (extensa e intensa) que fue la responsable de la mortalidad masiva de salmones en las semanas subsiguientes. Los primeros blooms afectaron la vida de los animales y los subsiguientes fueron tóxicos para el hombre y otras especies La persistencia de estas floraciones, en el espacio y en el tiempo, han estado relacionadas con las condiciones ambientales, posiblemente influenciadas por el evento del Niño presente en el Océano Pacifico, condiciones que persisten en la actualidad”.
Según su experiencia ¿Cómo se puede implementar un plan funcional de “alerta temprana” para el fenómeno de marea roja en la Región de Los Lagos?
“Realizando un plan de trabajo interdisciplinario que contemple grupos de expertos de distintas áreas de la ciencia. Los integrantes deben provenir del mundo público y privado, y estar muy bien coordinados. Además, se debe contar con recursos económicos gubernamentales que respalden todas las acciones. Deberían participar también instituciones de Gobierno, como la DGA, INACH, SHOA, etc. Sería importante crear un “Área de Divulgación Científica y Educación”, así como asesoría permanente a quienes toman las decisiones en esta materia a nivel país. Lo importante es la colaboración interinstitucional y desarrollar investigación aplicada”, concluye la Doctora Cristina Rodríguez Benito.