Fueron años de espera para que el Gobierno Regional de Los Lagos entregara su visto bueno para el establecimiento de los espacios que serán administrados por comunidades indígenas, luego de que elaboren el plan de administración correspondiente.
Luego de que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) reconociera el uso consuetudinario, en un gran ejemplo de descentralización y autonomía regional, se aprobaron dos Espacios Costeros Marinos para Pueblos Originarios (ECMPO) en el sur de Chile.
El ECMPO Mañihueico Huinay y el ECMPO Cailin suman entre ambos más de 104.000 hectáreas de mar y borde costero, y cuyos establecimientos fueron aprobados por la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC) de la región de Los Lagos.
Con gran alegría recibieron la noticia las comunidades williche de la región de Los Lagos, tras la aprobación de sus ECMPO en las comunas de Hualaihué y Quellón.
Mañihueico Huinay y Cailin
El ECMPO Mañihueico Huinay fue solicitado por la Asociación de Comunidades de Hualaihué y comprende 91.000 hectáreas en la zona de Hualaihué (Provincia de Palena), beneficiando a las comunidades de Mañihueico, Fotum Lafken Mapu, Lafken Mapuche, Ad Mapu ka Lafken, Amutuy Ruka, Ayulemn Mapu, Rüpu Lafken, Río La Arena y Tremowapi.
El ECMPO Mañihueico Huinay, en este momento, es el de mayor extensión que se ha aprobado en el país, y considera la inclusión de 20 comunidades en el plan de administración que se deberá confeccionar, además de otros usuarios, como pescadores artesanales.
En tanto, el ECMPO Cailin, solicitado por las Comunidades Indígenas Isla Cailin y Lafquen Mapu de la Barra de Chaiguao comprende 13.017,72 hectáreas, rodeando la Isla Caylin y parte de la Barra de Chaiguao, en la comuna de Quellón.
Acuerdo local
Cabe destacar que, en este caso, y producto de la consulta realizada por Conadi, para tomar esta decisión se constituyó una mesa de diálogo local conducida por el GORE y el Municipio de Hualaihué, y que incluyó a representantes de comunidades indígenas, industria salmonera, industria mitilicultora, representantes de la pesca artesanal, juntas de vecinos, entre otros.
El ejercicio culminó con un gran acuerdo en que los distintos intereses presentes en el área comprometida fueron considerados, transformándose, el proceso, en un ejemplo cívico de diálogo y democracia participativa, en que se derribaron prejuicios y se alcanzaron consensos.
Es del caso señalar que, el establecimiento de los espacios, constituye una respuesta del Estado al anhelo de las dos asociaciones de comunidades indígenas adjudicatarias de poner un límite a la fuerte presencia industrial en la zona, y a la contaminación que dicha actividad genera.
Ambos espacios tienen como objetivo la conservación de los recursos naturales, el medio ambiente y los territorios y costumbres ancestrales de las comunidades indígenas beneficiarias.
Es importante destacar que –como se ha señalado- ambos ECMPO han contemplado la participación de otros actores, además de las comunidades beneficiadas directamente, en los planes de administración que se deberán confeccionar.